miércoles, 24 de marzo de 2010

LEYENDA DE SARA MATEO

HOY, SARA MATEO, DE 5º A, NOS CUENTA A SU MANERA UNA LEYENDA SOBRE LA FELICIDAD. TODOS NOS ESFORZAMOS EN ENCONTRALA PERO MUCHAS VECES SE NOS ESCONDE. Y ES QUE LA LLEVAMOS TAN CERCA, TAN ENCIMA, QUE NO LA VEMOS. CON LAS PEQUEÑAS COSAS, QUE APENAS VALORAMOS, PODEMOS SENTIRNOS MUY BIEN. POR EJEMPLO SI LE EXPLICAS A TU COMPAÑERO ALGO QUE NO ENTIENDE, ÉL SE SENTIRÁ FELIZ Y TÚ TAMBIÉN POR HABÉRSELO EXPLICADO. SI ESTÁS ABURRIDO EN EL RECREO Y SE TE ACERCA UN COMPAÑERO CON EL QUE NO SUELES JUGAR Y TE DICE, ¿JUEGAS CONMIGO? Y TÚ, PARA VER QUÉ TAL LO PASAS, ACEPTAS... PUEDES LLEVARTE UNA SORPRESA PORQUE AQUÉL, EL QUE TÚ CREÍAS ABURRIDO, ES UNA PERSONA DIVERTIDA Y ESTUPENDA Y LO HABÉIS PASADO BIEN.

AQUÍ VEMOS A SARA FELIZ CON ALGO QUE VE AL FONDO. ¿QUÉ SERÁ?

LEYENDA CORTA

La Felicidad Escondida

Antes de que el mundo existiera, se reunieron unos duendes para hacer una travesura. Uno de ellos dijo:

—Debemos quitarles algo a los humanos. Pero, ¿qué? Después de mucho pensar, uno dijo:

— ¡Ya sé! Vamos a quitarles la felicidad. El problema es dónde la esconderemos para que no puedan encontrarla.

Un duende que estaba muy atento contestó:

—Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.

—No, recuerda que tienen fuerza y alguno podría subir y encontrarla. Y si la encuentra, ya todos sabrán dónde está.

Otro duende propuso esconderla en el fondo del mar. Pero su amigo le contestó que ese no era buen sitio:

—No, no olvides que son curiosos. Alguno podría construir un aparato para bajar y la encontrarían.

—Escondámosla en un planeta muy lejano de la Tierra, por ejemplo, en Saturno, —propuso otro.

—No, no. Recuerda que los humanos se supone que tienen inteligencia. Y algún día pueden construir una nave para viajar a otros planetas y la puede descubrir. Y entonces todos encontrarían la felicidad.

El duende más veterano, que tenía unos 150 años y había permanecido en silencio, escuchando atentamente cada una de las propuestas, dijo:

— Sé dónde ponerla para que nunca la encuentren.

Todos empezaron a saltar de alegría y preguntaron al unísono:

—¿Dónde, dónde?

—La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola afuera que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces, ha sido así.

“El hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la lleva dentro de él”.