Cuentos al calor de la hoguera |
Cuentos de MariCastaña |
MARICASTAÑA
Hace más de seiscientos años
en un pueblo de Lugo,
cuyo nombre no sé,
vivía una señora rica
de nombre María Castaña.
Cuentan que era mujer muy valiente;
participó en la lucha junto a los hacendados
contra el obispo Pedro López de Aguiar
que cobraba muchísimos impuestos
a las gentes de allí con dinero o sin dinero.
Y algo había que hacer
para acabar con este gran abuso
por parte del obispo.
Un día apareció muerto Francisco Fernández,
-recaudador de impuestos del obispo-
en una gran pelea
que tuvo con la buena mujer.
María Castaña
se cansó de pagar injustamente
tanto dinero para la iglesia
y tuvo a bien matarlo
ayudada por su esposo y sus cuñados.
Confesó su gran crimen -nunca hay que matar-
y tuvo que entregar todos sus bienes
para la catedral de ese pueblo tan gallego.
¡Pobre Maria Castaña!
No se sabe qué fue de ella después;
quizás murió en la hoguera
o quién sabe si muerta de pena
en una cárcel triste,
como todas las cárceles.
Esta historia que os he contado
es muy, muy, muy antigua
de allá por aquel tiempo
de Maricastaña.
Marisol
Huerta Niembro/ noviembre 2013