Halloween
Esta antiquísima(muy antigua) fiesta de origen celta se está extendiendo tan rápidamente en los países hispanohablantes como España, Argentina, Chile, Perú, Colombia..., que vale la pena echar una ojeada a su origen, por más que halloween no haya sido originariamente una palabra de nuestra lengua.
En la Antigüedad, en Bretaña, Escocia e Irlanda, se festejaba la fiesta de Samhain el 31 de octubre, último día del año en los antiguos calendarios celtas y anglosajones. En esas ocasiones, se encendían grandes hogueras en lo alto de las colinas para ahuyentar a los malos espíritus, y se creía que las almas de los muertos visitaban sus antiguas casas, acompañadas de brujas y de espíritus.
En algunas regiones de Galicia, se mantiene hasta hoy la antigua costumbre celta de hacer caras en calabazas huecas iluminadas con velas por dentro, cada noche de 31 de octubre, lo que hacemos hoy día en los colegios.
Con la llegada del cristianismo, se estableció el primero de noviembre como Día de Todos los Santos (vamos a los cementerios donde están enterrados nuestros seres queridos y les ponemos unas velas y unas flores para decirles lo mucho que les seguimos queriendo y recordando), y el 31 de octubre pasó a llamarse en inglés All Saints' eve (víspera del Día de Todos los Santos) o también all Hallows' eve y, más recientemente, Hallows' eve, de donde derivó halloween. Hallow es palabra del inglés antiguo, significa 'santo' o 'sagrado' y, como el moderno vocablo holy, proviene del germánico khailag.
Muchas de las tradiciones de halloween se convirtieron en juegos infantiles que los inmigrantes irlandeses llevaron en el siglo XIX a los Estados Unidos y, desde allí, se han extendido en las últimas décadas por el mundo hispánico.
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