Pues sí, chicos, la semana pasada María B. y Elvira S. ( ¡bien, bien, campeonas!), ambas de 5º, ya que este curso era el único que se podía presentar al concurso de recitado de la Comunidad de Madrid, se presentaron junto con un montón de colegios de la zona sur de Madrid. Venían chicas (y digo chicas porque de las 30 que recitaron el día 1 de marzo, día que nos tocó al Legamar, 28 eran chicas), venían de diversos colegios de Leganés, Fuenlabrada, Alcorcón y Getafe. Un niño que venía de Chapineria se puso nervioso y no quiso entrar al concurso. Durante 3 días ha habido chicos participando. De todos ellos, yo calculo que unos 90 0 100,solo de la zona Sur de Madrid, se clasifican para la final sólo 10. Hay varias zonas dentro de la comunidad de Madrid y por eso no pueden llevar a la final a más alumnos de cada zona. Quiero deciros que nuestras valientes representantes, María y Elvira, recitaron de vicio-mauricio, es decir, muy bien. Y no sé si será amor de madre, que es como me sentí o como si lo fuera, porque yo las llevé y disfruté y sufrí con ellas, pero me pareció su recitado fenomenal. Lo hicieron con buena voz, expresión, tono, gestos, gracia, sonrisa... Vamos, que una maravilla. ENHORABUENA!!!!!!!!!!!!! Ya nos mandarán un correo al cole con los clasificados, que tendrán que volver a competir de nuevo. Tanto si están las dos, una o ninguna, desde aquí os digo que se merecieron la clasificación ambas. Quisiera hacer una crítica hacia los asesores que tiene Esperanza Aguirre, a la que deseo un pronto restablecimiento, de los poemas elegidos para el concurso. Me parece que estos poemas estarían mejor en ESO o en Bachiller. Los alumnos de 5º no los entendían. Hay un montón de poemas infantiles preciosos que hubiesen estado mejor. Pero da igual, se prepararon tres poemas a elegir entre nueve y cuando llegó su turno, sacaron la bola con un número de los tres poemas elegidos por cada una y, hala, a recitar delante de otros colegios, delante de los inspectores y debajo de las banderas. JO!, qué nervios!!!!! A María le tocó el ROMANCE DE LA CONQUISTA DE ALHAMA, anónimo. A Elvira le tocó el poema CASTILLA, DE ANTONIO MACHADO. Y aquí debajo os los dejo. Mañana, desde el cole, pongo la foto de estas campeonas. MUACAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!de vuestra profesora de Lengua, Marisol Huerta Niembro(que es un precioso pueblo de Asturias).
ROMANCE DE LA CONQUISTA DE ALHAMA,
Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada,
desde la puerta de Elvira hasta la de Vivarrambla.
Cartas le fueron venidas cómo Alhama era ganada.
¡Ay de mi Alhama!
Las cartas echó en el fuego, y al mensajero matara;
echó mano a sus cabellos y las sus barbas mesaba.
Apeóse de la mula y en un caballo cabalga;
por el Zacatín arriba subido había a la Alhambra.
Mandó tocar sus trompetas, sus añafiles de plata,
porque lo oyesen los moros que andaban por el arada.
¡Ay de mi Alhama!
Cuatro a cuatro, cinco a cinco, juntado se ha gran compaña.
Allí habló un viejo alfaquí, la barba bellida y cana:
-¿Para qué nos llamas, rey, a qué fué nuestra llamada?
-Para que sepáis, amigos, la gran pérdida de Alhama.
¡Ay de mi Alhama!
-Bien se te emplea, buen rey, buen rey, bien se te empleara;
mataste los abencerrajes, que eran la flor de Granada;
cogiste los tornadizos de Córdoba la nombrada.
Por eso mereces, rey, una pena muy doblada:
que te pierdas tú y el reino y que se acabe Granada.
¡Ay de mi Alhama!
Romance anónimo(no se sabe quién lo escribió).
CASTILLA (Machado)
El ciego sol se estrella en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares y flamea en las puntas de las lanzas.
El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana, al destierro,
con doce de los suyos, -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.
Cerrado está el mesón a piedra y lodo… Nadie responde.
Al pomo de la espada y al cuento de las picas, el postigo va a ceder…
¡Quema el sol, el aire abrasa!
A los terribles golpes, de eco ronco, una voz pura, de plata y de cristal, responde…
Hay una niña muy débil y muy blanca, en el umbral.
Es toda ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba su carita curiosa y asustada.
«¡Buen Cid! Pasad… El rey nos dará muerte, arruinará la casa
y sembrará de sal el pobre campo que mi padre trabaja…
Idos. El Cielo os colme de venturas… En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».
Calla la niña y llora sin gemido…
Un sollozo infantil cruza la escuadra de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»
El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana, al destierro,
con doce de los suyos -polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.
Manuel Machado
