ESTOS SON MIS CHICOS DE 5ºA DÁNDOLE AL CUENTO LOS ÚLTIMOS RETOQUES |
5ºA VISITA LA EXPOSICIÓN ORÍGENES |
ALGUNOS DE LOS CHICOS DE 6ºA EN LA GRANJA |
Hola, chicos.
Otra vez estoy aquí enviándoos los cuentos de 5º y 6º, que habéis escrito para el concurso RECAPACITA, de la Fundación Mapfre.
Solo se puede votar una vez por ordenador y solo hasta el domingo.
Así que debéis daros prisa en avisar a vuestra familia y amigos para que tengáis votos suficientes para clasificaros entre los 10 finalistas.
Estos votos se consiguen desde internet y solo se puede votar, como he dicho antes, una vez por ordenador.
Los 10 cuentos más votados pasan a la final donde un jurado, que no sé qué personas lo formarán, eligen al ganador.
Solo un ganador entre los cursos de 3º, 4º, 5º y 6º. O sea, dificilísimo ganar pero no imposible.
Los cuentos los hemos escrito entre todos y eso es lo importante. Y hemos apadrinado a un colegio de disminuidos físicos de Móstoles y a otro colegio, fundación Afandice, de Madrid y eso es lo importante.
¿Os imagináis que si ganamos viajamos con esos niños a Por Aventura?
Sería una experiencia maravillosa ese intercambio de risas y abrazos.
Hale, a votar al que creáis mejor.
En otra entrada está publicado el cuento de Gema, que también lo hemos mandado corregido entre unos cuantos chicos de 6ºA.
Como no tenía fotos de los de 6º, he puesto alguna del campamento del año pasado, en La Granja de San Ildefonso.
SUERTE Y MUCHOS MUUUAAACCCAAASSS!!!
VOTA EN ESTE ENLACE: http://www.recapacita.fundacionmapfre.com/
Un día en clase 6ºA
Me encontraba en la mesa del comedor de mi casa. Estaba mirando cómo las gotas blancas de leche caían en mi taza. Después los cereales, y la voz de mi madre gritándome que íbamos a llegar tarde. Hoy era un día como los demás. Me parecía que había dormido poco. Era muy temprano y, encima, justo ayer habían cambiado la hora. Además, hoy también había examen de Cono. Con lo poco que había estudiado...
Volé hacia la mochila para repasarme un momentito un par de hojas del examen. Cuando tenía el libro en la página que no me sabía, mi madre me lo cerró de golpe diciéndome que ya estaba abajo el autobús escolar.
Sonó el timbre. Las clases iban a empezar. Algunos compañeros se preguntaban entre ellos los personajes históricos que entraban en el control: El Cid Campeador, Leonardo da Vinci... Sin embargo, yo, intentaba recordar si los padres de Felipe II eran Los Reyes Católicos o Carlos..., no sé qué Carlos, porque con eso de la monarquía me lío muchísimo.
Cuando el profe entró por la puerta, mi cara se puso blanca como la harina o como el papel del examen que nos iba a mandar sacar en un momento. ¡ Oh, no me lo sé! En el fondo tampoco estaba tan preocupado porque el examen más importante del trimestre lo había aprobado con un seis.
Mi suerte cambió en ese instante porque cuando nos callamos...
-Hoy no haremos el examen – dijo el profe – ya que tenemos otra cosa mucho más importante que hacer. Ha desaparecido Mª Sol, ya sabéis, la profesora que os da Lengua y que le da tanto a la lengua, je je je.
-Sí, Mª Sol “la patapalo”, dijo Guillermo.
Todos nos echamos a reír. El profe nos echó “la peta”, o sea, “la charla”, hablándonos sobre otra metedura de pata de alguno del grupito de “los premac”(pre-macarra, como así nos llamaba en broma a algunos). Nos explicó que no hay que reírse de ninguna persona que tenga problemas. Y nos puso de ejemplo a Nacho, nuestro compañero que va en silla de ruedas. A una profesora tampoco le gusta que le pongan un “graciosillo mote” metiéndose con su cojera. Y nos pidió ayuda para buscarla.
-¡Bien! –retumbó la clase. Nos íbamos a perder el examen y, encima, buscando a una profe por el cole. Hicimos cuatro grupos y nos dirigimos, cada uno, a una parte distinta. Nuestra misión era pasar por los servicios y la casa del conserje. Los de mi grupo salimos a ver si estaba en 4ºC de la ESO, que no se utilizaba desde hacía mucho tiempo. Cuando pasamos por los servicios de esa zona, que ya no se usaban, nos pusimos los dedos en la nariz, ya que esos baños estaban intocables desde los ochenta. Había mugre en las paredes, váteres atascados, graffitis en los espejos... En definitiva, un lugar perfecto para ocultar a una víctima. Pero la profe no estaba allí.
Después nos dirigimos a la casa del conserje y miramos en el almacén. Ese sitio estaba lleno de balones pinchados, que hacían de casa para las ratas, y de trastos inservibles y antiguos. Al pasar por el cuarto de calderas oímos unos ruidos extraños y nos acercamos. Alguien estaba golpeando sin parar la puerta.
-Socorro, ayudadme, por favor, decía la voz.
A mí me pareció una voz familiar. Noté un escalofrío por todo mi cuerpo. Grité. Creía que había resuelto el caso. Llamé a mis compañeros y al profesor y todos vinieron corriendo. El profe forcejeó la puerta pero como no consiguió abrirla se fue corriendo a avisar al director. Yo les pedí a mis compañeros que fuesen a buscar un palo al recreo para intentar abrir la puerta, aunque fuese rompiéndola. Los de mi equipo llegaron con un tronco de árbol que se había caído con el viento. Nos pusimos a aporrear la puerta y no nos costó mucho tirarla abajo porque estaba vieja.
-¡Oh! Soy un héroe- pensé. Al final va a ser cierto eso que dice mi abuela de que “A quien madruga...”
Nos encontramos a Marisol medio asfixiada, en el suelo, al lado de la puerta. Nos explicó todo lo que le había pasado. Nosotros nos quedamos muy sorprendidos y algo asustados. Nos contó que cuando se dirigía al colegio, al pasar por el cuarto de la calefacción, olió a quemado y entró. Se acercó a la caldera que estaba en llamas e intentó apagar el fuego con el extintor. De pronto alguien le cerró la puerta por fuera. Alguien quería matarla y ella no creía tener enemigos. Se aproximó a la puerta y acercó su oído. Escuchó unos pasos que huían apresurados.
Supongo que se quedó en un estado de “shock” debido al humo que había respirado. Pero aún tuvo fuerzas para golpear la puerta cuando nos oyó por allí. La sacamos. Menos mal que enseguida se puso bien al respirar aire fresco. Después llegaron el director y otros profesores y se la llevaron hasta el colegio.
La mitad del caso ya está resuelto pero yo me sigo preguntando quién pudo ser el malhechor. Tengo mis sospechas y esto no va a quedar así.
Os lo prometo.
Un día en clase, 5ºA
Por fin llegó el jueves. Estaba muy contento porque hoy íbamos a visitar la exposición Orígenes, que trataba de la evolución de los homínidos. Precisamente acabábamos de dar este tema en Cono la semana pasada y a todos mis compañeros nos pareció una buena idea. Y encima íbamos a ir andando hasta el centro de Leganés, con lo lejos que estaba... Por lo menos íbamos a estar fuera tres horas o así y nos perdíamos las mates y el inglés. Por cierto, me llamo Jaime y estoy en la clase de 5ºA.
Qué risa nos dio cuando Marco dijo que no se creía que los hombres veníamos de la evolución de un mono. Que eso era imposible.
-Sí, Marco, con lo guapo que tú eres, ¿no? ¿Cómo vas a venir tú de un mono?, le dijo Adrián con ironía. Por lo menos tú vendrás de Jack Espárrago, ese de la peli de Piratas del Caribe.
Y todos nos echamos unas risas. Es que este Marco es un poco presumido. Yo no entiendo que no se crea que los humanos venimos de los simios. Si ya está demostrado. Creo que al final la profe le dio una explicación bastante buena para que se lo creyera. Y seguramente hoy, después de ver la exposición, por fin se convencerá del todo.
Salimos del cole a las 10:30. Hacía tanto calor que parecía que el sol iba a explotar. Caminábamos hacia el centro de Leganés y no parábamos de reír ni de charlar. Nos acompañaban nuestra tutora y el profe de música. Antes de llegar, Nico pisó una caca de perro bien hermosa y reciente. Y yo, que iba detrás de él, tenía que oler ese pestazo todo el rato. ¡Y dice mi abuela que pisar una caca da suerte...! Pues de eso nada ya que al poco tiempo Nico se encontró un billete de 5€ y cuando me lo enseñó todo contento yo me empecé a partir de risa cuando vi que eran 5 € del Monopoly.
Cuando llegamos aún nos dio tiempo a montarnos en la olla y en otros columpios. Alguno de los que llevaban máquinas de fotos sacaron a Irene en pleno vuelo. La profe se enfadó y nos dijo que no hiciéramos el bestia, que estábamos lejos y no quería accidentes.
Por fin nos daba la sombra cuando entramos a la exposición. Era un especie de cueva donde la temperatura no pasaría de los 7 grados. Un monitor nos fue explicando las cinco fases más importantes en la evolución del simio al hombre.
Para explicarnos la primera etapa, de cuando los monos pasaron de andar de cuatro patas a dos, nos sacaron a Dani y a mí. Él andaba a cuatro patas y yo a dos. Dani terminó enfadándose porque estaba muy cansado y, encima, nosotros, no parábamos de reírnos de él porque parecía un monito. Raquel y Alba le sacaron fotos muy divertidas.
Cuando estábamos en la zona de la invención del fuego, el monitor comparó a Paula y a Isabel con una mujer prehistórica que era horrible. Era bajita, muy arrugada y con la dentadura amarilla y muy echada hacia delante. Todos nos empezamos a reír otra vez.. Ellas también. Ya sabían que no eran así.
Fuimos pasando por las etapas que nos faltaban, como la de autoconciencia, donde nos explicaron que los hombres de entonces ya hacían rituales funerarios cuando alguien moría y cómo ya enterraban a los muertos bajo tierra. Pusieron a Diego en posición fetal al lado del hombre primitivo que estaba enterrado allí. Se puso a tiritar no sé si de miedo o del frío.
Por fin llegamos a la etapa de los símbolos o el arte rupestre. Había una especie de cueva con un agujero por el techo para que entrara la luz y Miguel dijo que no se parecía en nada al rosetón que habíamos estudiado en el arte gótico. Los chicos se acercaron y empezaron a reírse por los sonidos que hacían las estatuas para comunicarse. Sara dijo que parecían de extraterrestres.
El monitor nos dejó tiempo libre para volver a mirar la exposición . Mientras , los profesores salieron fuera con el monitor a por unos folletos. Justo cuando se fueron se cerró la puerta y nos dimos cuenta de que no se podía abrir. Al momento Patricia se puso a gritar que estábamos solos, y todos nos dimos cuenta de que alrededor no había ningún adulto.
Justo en ese momento se apagaron la luces. Oímos un ruido. Las estatuas de los hombres primitivos empezaron a moverse. Alguno de nosotros, como Armando, Sergio, Ana y Ángel pegaron un grito horrible. La mayoría nos echamos hacia atrás pegándonos contra el muro. Una mujer simia o primitiva o prehistórica o lo que fuera empezó a hacer ruidos con la boca. Aigaccc, Aigaccc, o algo así decía. Y se señalaba el pecho cada vez que pronunciaba su nombre. Iván dijo que esa mujer se llamaba Aigaccc. Y empezó a darse golpes en el pecho diciendo sin parar, yo ser Iván, yo ser Iván. La señora lo repitió y se reía. Y todos nos quedamos más tranquilos.
Después nos indicó con gestos que nos metiéramos en la cueva. Y nos metimos, claro. Estaba llena de niños y de personas mayores, todos prehistóricos, que se reían al vernos. Nos ofrecían algo así como trozos de carne cruda y un cacharro con un líquido verde. Aigaccc se lo dio a probar a Iván, que por no quedar mal se lo tomó, aunque ponía cara de asco.
-¡Pues no sabe tan mal, chicos!, si alguien tiene sed que lo pruebe, dijo.
Y David, que no era nada escrupuloso empezó a beber.
-Sabe a zumo de uva, está buenísimo, dijo. Y le pasó el cacharro a Nico que también lo probó y le dio tres grandes tragos.
Aigaccc se acercó a él y se tapó la nariz con los dedos riéndose sin parar. Nosotros le levantamos la pierna y le enseñamos el zapato de Nico.
-Jimbi, jimbi, decía ella.
Armando y Mónica empezaron a gritar jimbi-caca, jimbi-caca. Y más risas de todos.
Aunque ya se nos había pasado el miedo, queríamos salir de allí. En ese momento se oyeron unos golpes fuertes en la puerta de salida y todos nos acercamos. Aparecieron los bomberos junto a los profes. Cuando nos dimos la vuelta, vimos que las esculturas estaban en su lugar y bien quietas. Los bomberos nos rescataron de la exposición.
Cuando se los contamos a los profesores y a nuestros padres, ellos se rieron de nosotros y no nos creyeron. Dijeron que cuánta imaginación teníamos.
¡Por supuesto! Esto solo lo hemos presenciado nosotros, los chicos de 5ºA , y nadie más se enterará .